domingo, 18 de octubre de 2020

Hablar con Venezuela

Este lunes 19, a las 12 del mediodía (hora de Venezuela/ 11am de México), estaré en el programa La voz de la diáspora, hablando con Tomás Páez sobre este blog, Familia de migrante. En la sección "Fragmentos de Vida" estará el Prof. Pedro Magdalena por RCR, (se puede ver en el siguiente link  )

Pero lo más importante: se escuchará por la 750 AM la radio en Venezuela. Mi voz y lo que diga, se escuchará en mi país. Y eso me causa una enorme emoción.

Sin embargo, aunque me emociona, me causa algo de conflicto. Y es que esta invitación llega justo cuando tengo más de un mes sin escribir. Aunque trato de ser constante en narrar mi experiencia como migrante, hay momentos en que me agobia el silencio. Me ha pasado algunas veces, y me lo tomo con calma. Espero que pase. Pero esta vez, me obligo a la reflexión, pues mañana tendré que romper esta pausa.

Es un bloqueo en el que no me puedo comunicar: mi última publicación ocurrió el día de mi tercer aniversario en México, el 21 de agosto, hace más de un mes. Allí hice un balance: lo que perdí, lo que gané. Desde entonces no he podido escribir más.

He tratado de encontrar las razones de ese silencio. La principal es una sombra de depresión que, aunque no es muy profunda, es constante, Ahora creo que la he tenido desde hace tiempo, probablemente desde mi salida del país, pero que por estos meses de pandemia se ha profundizado. También tiene que ver con el encierro, la falta de vacaciones -sobre todo la falta de playa- la rutina que incluye los protocolos de aseo y cuidado, junto a la necesidad de salir y resolver problemas, el temor a enfermarnos y a morir, la angustia por un futuro cada vez más incierto, y un panorama económico bastante sombrío.

Ocurre que en mi naturaleza está ser muy positiva. Y hoy entiendo que he convivido con la tristeza de la pérdida de mi país desde que me fui, pero que la emoción por conocer México, todo lo que bueno que me ha traído, el empuje y la energía a la que obliga la lucha de vivir fuera de la caja, me ha hecho arropar esa tristeza en un cajón que no suelo abrir. 

Ahora, tras muchos meses de pandemia, esa tristeza se ha hecho más presente. Y por ello, el silencio.

Además, he tenido poco tiempo, porque he pasado días de mucho trabajo aprendiendo y reinventándome. Estoy en proceso de construcción y la verdad no se mucho hacia dónde voy. Pero estoy aprendiendo mucho y tratando de leer las señales que me brinda la vida. Ha implicado más tiempo, menos ocio, y mucho agotamiento.

Probablemente el agotamiento y la depresión vayan de la mano. Pero es curioso, porque también me siento empujada por un entusiasmo que no es congruente con lo anterior. Algo que me impulsa a emprender nuevos proyectos e ideas. De hecho, demasiados y me siento en un momento de mucha creatividad.

Entonces, es tristeza, angustia por el futuro y agotamiento unido a un impulso que identifico como esa energía que solo trae la necesidad de sobrevivir. Esa misma adrenalina. Una fuerza interna que me hace trabajar muchas horas, que me impulsa a hacer listas de tareas, que me obliga a sobreponerme, a darle vuelta a la tortilla y a pensar que el 2021 será increíble y a buscar soluciones a todo lo que parece dificil.

Me alegro que esta entrevista me haya hecho romper el silencio. Gracias a ella, me he obligado a mirarme un poco más profundamente. Mañana nos vemos.

1 comentario:

  1. Gracias Aliana, por compartir tu sentir, con el que creo muchos nos identificamos. Un abrazo

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